
Publicado el 2 Ago. 2018
Publicado el 11 Jul. 2019
Usar siempre los lentes de seguridad para protegerse los ojos. El buzo desechable ayuda a no mancharse la ropa, lo mismo que colocar plástico o papel en el piso al momento de pintar el techo.
Lo primero que se tiene que hacer es determinar de dónde viene el agua. Hay que tocar donde está la mancha y si está seco, entonces queda descartado que ahí haya una cañería que esté filtrando agua al techo. Las causas pueden ser varias, como humedad interior que se genera por las estufas cuando no se ventila, alguna cañería rota de la calefacción o por capilaridad. Si se descarta todo esto, podría ser el techo. Para el caso de este proyecto, había una teja rota, se reparó y la gotera finalizó, por lo que hay que ir al siguiente paso.
Ya que se trabajará en el techo, hay que procurar tener un buen banco o una buena escalera para poder encaramarse seguro. Y como se desprenderá material del techo, ocupar los lentes de seguridad es muy importante para que nada nos entre a los ojos. Con la espátula, desprender la pintura y restos de yeso que se soplaron producto del agua que allí corrió.
Pasar la escobilla de acero con firmeza, para eliminar todos los restos de pintura que puedan haber quedado.
Y para quitar todos los restos de polvo de yeso y pintura que quedan, pasar la brocha o una escobilla fina. Así, queda la superficie lista para el siguiente paso.
A veces el hongo está y uno lo ve, porque todavía está en una etapa de desarrollo muy pequeña. Para evitar que vuelva a aparecer, aplicar pintura antihongo.
Si la superficie de la mancha donde estaba la humedad está irregular, esperar a que la pintura se seque y con la ayuda de la espátula de plástico y la llana, aplicar la pasta muro para emparejar. Hacerlo con cuidado y procurando cubrir todo. Si se prefiere, puede usarse yeso en vez de la pasta muro.
Con la pasta muro ya seca, es momento de lijar. Puede usarse una lija recubriendo un palo en caso que no se tenga una lija orbital. Lijar con paciencia y siendo minucioso para asegurarse que la superficie quede perfectamente lisa.
Para eliminar cualquier resto de polvo que pudiera quedar, limpiar con un paño.
Ahora es momento de aplicar la pintura antihongo, para evitar su aparición y crecimiento por fuera. Pintar bien toda la superficie y… ¡el techo ya está listo y como nuevo!
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