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El trasplante de una maceta a otra no debería representar problema alguno provisto que se hayan tomando algunas precauciones. Si tus plantas ya están crecidas, no será muy fácil manipularlas. Por eso, y dependiendo del tamaño, debes hacer lo siguiente: 1. Suelta el pan de raíces de las orillas de la actual maceta. Para ello, puedes pasar un metal plano, como un cuchillo, un serrucho, un perfil metálico, etc. por la pared interior. Si es que el pan de raíces no se separa de la maceta, un último recurso es romperla con un martillo (esto es para cuando ya hayas perdido la paciencia). 2. Toma la planta por el cuello y tírala hacia arriba. Con ello debes lograr que el pan de raíces y suelo se desprenda de la maceta actual. 3. Prepara la maceta nueva, rellenando el fondo donde está el agujero de drenaje con piedritas, pedazos de teja, o algo que asegure que el agua escurra sin problema. Luego rellena con el sustrato de plantación, que debe ser una combinación de materiales que aseguren la fertilidad y el tránsito del agua hacia el fondo. Para determinar la cantidad a rellenar, calcula el volumen que ocupa la maceta actual, de manera que el cuello de la planta quede tal y como está hasta ahora, es decir, con adecuada ventilación. No lo recubras mucho más alla del nivel actual de sustrato. 4. Cambia la planta tomándola del cuello y deposítala en la nueva maceta. Rellena los bordes con el sustrato de plantación, riega y vuelve a rellenar. Con estas simples medidas, no deberías tener problemas.