Es muy común encontrar en nuestras casas una llave que gotea, y la “solución” que aplicamos es apretar más y más la llave. Pero en cuanto más lo hacemos, más se agudiza el problema ya que el origen más común de esta situación es el desgaste de la goma u o-ring que detiene el paso del agua. Cuando esto sucede, ya es hora de cambiar dicha goma.
Las llaves tienen un tapón que esconde el tornillo. En general son de color azul o rojo dependiendo de si es agua fría o caliente, o tienen un borde de ese color alrededor.
Una vez detectado, con un objeto con punta que puede ser un destornillador o una uña, retirar dicho tapón para dejar al descubierto el tornillo que une la estructura.
Sacar el tornillo
Con un desatornillador, sacar el tornillo que une el vástago con el cuerpo de la llave.
Sacar la manilla.
Sacar el vástago
Con ayuda de una llave ajustable, soltar el vástago desde la base.
Una vez suelto, retirarlo del cuerpo de la llave para descubrir la goma u o-ring
¿Cómo funciona una llave de agua?
Al cerrar la llave, la función de la goma es interrumpir el paso del agua. Si apretamos mucho la llave, la goma comienza a desgastarse y a deteriorarse debido a la presión que se ejerce en el asiento de la válvula. Los bordes irregulares que se generan no permiten un cierre adecuado, por lo que el agua comienza a filtrarse entre el asiento de la válvula y la válvula de cierre, provocando la molesta gotera.
Cambiar la goma
Retirar la goma dañada.
Reemplazarla por una nueva de las mismas características.
Armar la llave
Para volver la llave a su estado original, se debe hacer el proceso inverso.
O sea, una vez puesta la nueva goma, volver el vástago a su sitio y apretar con la llave ajustable.
Poner la manilla y ajustar con el tornillo.
Finalmente, poner la tapa para cubrir la cabeza del tornillo.
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